La apuesta de esta empresa familiar gallega por el desarrollo sostenible del rural y por dotar de servicios a zonas de difícil acceso, olvidadas por grandes compañías de telecomunicaciones, ha tenido sus frutos: Ponte Caldelas es de los pocos municipios gallegos que cuenta en su totalidad con servicio fibra óptica de hasta 600 megas, una velocidad superior a la de muchas grandes ciudades y ha sido instalada por una empresa con sello local, y de ámbito autonómico.